Ilustración de:
Lia Lemus
Entre paréntesis
¿Conviene alejarme de la herencia del Romanticismo
y evitar escribir de algo personal?
¿Es pudor?
¿Conviene decir, como los poetas filipinos del siglo pasado
que el texto no es mío porque es de mal gusto
asumir la autoría de un poema?
¿Conviene hacer uso de cultismos o ser coloquial
clásica o innovadora, específica o universal?
Hay un traductor* que se queja de los poemas que explican
en lenguaje común lo que está mejor dicho en lenguaje poético.
¿Y si al usar términos técnicos termino escribiendo
en un estilo incomprensible y pomposo?
Dos personas que hicieron surgir la poesía en su idioma*
están convencidas de expresarse en la lengua del pueblo.
¿Y si no consigo decir lo que quiero
por la forma en que digo?
Cuesta seguir adelante.
Me retuerzo.
Doy vueltas.
Y no solamente, no principalmente
por todo lo que está entre paréntesis.
¿Me rehúso porque intuyo los riesgos
de llevar al lenguaje mi ruptura?
¿Si la ignoro y la dejo enterrada
por temor a sentir lo que siento?
¿Y si niego?
¿Y si huyo?
¿Y sigo diciendo
que el vínculo del que escribo es estático?
Debato.
Resisto.
Pregunto:
¿y si queda en el fondo a quién perjudico?
¿y a quién beneficio si la saco?
¿Confío, acaso, en el supuesto
efecto mágico y curativo del habla
de las antiguas canciones rituales?
¿Y si para empezar con algo sencillo —¿sencillo?—
acepto mi duelo?
Zona intermareal
A nuestra relación
le queda poca materia orgánica
y limitada agua dulce.
Los sedimentos de las cuencas
apenas fertilizan el área
brota con dificultad
la escasa diversidad endémica
y las corrientes de aire
degradan todo.
El oleaje da forma
a los montículos de letras negras:
en estas duras condiciones
las dunas avanzan
tierra adentro.
El futuro de los bosques de enebros y sabinas
no es más que una fantasía.
Exegi monumentum aere perennius
Me aferro a la resonancia
de las palabras grandilocuentes
y a las búsquedas
de la poesía canónica:
a la seguridad del verde
que reviste mi esfera semántica
con sus musgos.
Mi aliento encuentra líquenes
y al elegir esa palabra
levanto una construcción
en agonía
para hablar del duelo.
Expedición (del acta)
Más del setenta por ciento
de nuestra relación
fue oceánica.
Nos ilusionaba
conocer a detalle
la flora, fauna y funga
de las exploraciones
y confiábamos
en los dispositivos
de rastreo sumergible
pero las inclemencias
del mar
deterioraron las tecnologías
y las altas presiones
mantuvieron inaccesibles
las zonas más hondas.
Menos nueve por ciento
de esa vida submarina
pudo ser descubierta.
¿Soy el fósil de un equinodermo?
El reporte indica
que la concentración salina
en mi interior
es igual a la externa:
soy incapaz de mantener
la estabilidad
soy incapaz de compensar
los cambios de mi entorno.
El reporte asegura
que mi supervivencia
en agua dulce es improbable.
Y para rematar
con brevedad severa asegura
Mariana Pérez Villoro
Por medio de la poesía escrita y escénica, la narrativa y la escritura de guiones, Mariana indaga en la espiritualidad, la filosofía, la experiencia emocional, las relaciones humanas, el ecosistema, entre otras temáticas. Ha impartido clases de escritura, coordinado talleres y eventos literarios y trabajado como guionista en diversos proyectos audiovisuales. Obtuvo el Premio de mejor guion de cortometraje por Acto de magia en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato y el Apoyo del PECDA del Estado de Jalisco por el proyecto Antenas con el guion Lejos de Kansas. Sus textos han sido publicados en soportes impresos y digitales, como antologías y revistas, y compartidos en festivales y lecturas nacionales e internacionales. Es coautora de la plaquette Luz natural(Taller Edición Especial), del libro colectivo Claro de lunes(La casa del mago) y autora del libro Solo la tierra sola(Mantis Editores). Parte de su obra se encuentra disponible en formato digital en www.marianaperezvilloro.com