“Aún estoy aquí” Película de un saber sin tiempo.

Tiempo de lectura: 3 minutosAún estoy aquí, recupera una memoria viva, aún cruenta y aún doliente. No es la memoria de Rubén la única ausente, es el tiempo, el robado, el secuestrado, el desaparecido.

Tiempo de lectura: 3 minutos

Horas antes de viajar a Brasil me comunicaron desde el doctorado que debía cancelar el vuelo y permanecer en México. Con riesgo de perder la beca y registro al programa, abandoné el trabajo de campo que me permitiría entrar a las favelas de Río de Janeiro, donde a causa de la pandemia y exterminio incitado por Bolsonaro, las comunidades crearon sus propios filtros sanitarios y clínicas populares fuera de los hospitales urbanos de Río.

El siguiente año, después de negociar con la burocracia académica, logré realizar el trabajo de campo y entrevistar a mujeres sobrevivientes de la dictadura en Brasil. Amelinha, Victoria y Bernardo son algunos de los testimonios públicos que recuperé en mi estancia donde ahora se transforman en una novela distópica de ficción, que espero esté pronta a terminarse.

Sin embargo estas no son las únicas voces sobrevivientes de la dictadura en Brasil. Las memorias de Marcelo Rubens Paiva y la concurrencia de miles de familias que fueron aterrorizadas por los militares entre 1964 y 1985, aún están por contarse.

Aún estoy aquí, recupera una memoria viva, aún cruenta y aún doliente. No es la memoria de Rubén la única ausente, es el tiempo, el robado, el secuestrado, el desaparecido. El tiempo que abre una era dolorosa para Brasil, y que también determina como se estira el presente, el de la ausencia a través de las generaciones hasta un infinito.

La actriz Fernanda Torres, interpreta a Eunice Paiva quien transmuta de una mujer con un rol de madre a otro como académica, activista y luchadora social por los derechos humanos e indígenas en Brasil.

Eunice ve como los años 60 y 70 también motivaron el despertar global donde la música, la literatura y la política compartían, debatían y sugerían alternativas al modelo hegemónico capitalista. Sin embargo en las dictaduras latinoamericanas, y en el paradisiaco Río de Janeiro, la hegemonía capitalista fue sinónimo de dictaduras militares, retenes en las vías, llamadas telefónicas pinchadas, patrullas militares, centros de detención clandestinos, acoso, represión y más.

La película muestra la intimidad de la familia Paiva a través de una fotografía intimista, que logra capturar la cotidianidad en la que se transforman las ideas políticas criticas al régimen militar. Los colores vintage logran transportarnos a los movimientos estudiantiles y resaltar el contexto del movimiento de los 60 donde la juventud luchaba por la libertad y la justicia social.

Si bien la película sigue la historia de la familia Paiva, no esta de más recurrir a obras como la de Maringhella, que se sincronizan con Aún estoy aquí, al retratar el secuestro de un embajador.

La biografía de Eunice en la película, recupera el testimonio de una semana de tortura, que para cientos de familias, fueron años. Su secuestro, detención y liberación, deja de lado practicas de tortura como “el palo de arara” donde colgaban a los activistas y simpatizantes de izquierda. Las máscaras negras sobre la cabeza durante los interrogatorios y las fotos de los buscados reflejan únicamente la punta del iceberg del control ejercido por los militares.

Por su parte, la película también retrata espacios de detención y casi recupera de forma idéntica los pasillos y celdas donde permanece secuestrada esa semana. La pérdida de la noción del tiempo y la materialidad de la ausencia tal vez es uno de los mas notables gestos del caos en la dictaduras, estos están bien representados a través de objetos cotidianos como camisas, cigarros, puros, carros, el viento y su brisa de mar y la playa. Elementos que evocan la rabia y la desesperación de aquellos que buscan respuestas sobre el paradero de sus seres queridos. Estas materialidades cobran un significado paralelo, donde el tiempo lineal pierde total sentido construyendo un destiempo.

La actuación de Fernanda Torres es sobresaliente y transmite con profundidad la mutación de Eunice. Su interpretación le valió el Globo de Oro a la mejor actriz de drama en 2025. 

Aún estoy aquí es una obra cinematográfica que combina con gran elocuencia el destiempo de la realidad a través de la mirada de los sobrevivientes de la dictadura. Es una obra hermosa por su perspectiva intima sobre una época oscura de la historia brasileña que sigue recordándonos que los Bolsonaros, Mileis y Trumps, así como sus aliados militares, siguen impunes.

Cineteca UdeG / Ozogoche

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