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ASTEROIDES, METEORITOS Y OTROS MISTERIOS POR EXPLORAR

Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Qué tanto sabemos sobre el espacio que nos rodea?

En la escuela se nos enseña que formamos parte de la vía láctea, que nuestro planeta es el tercero en nuestro propio sistema y que plutón pasó a ser un planeta enano, pero en palabras de los propios expertos, a pesar de que nuestro conocimiento sobre el espacio es sumamente amplio, hay un par de huecos por indagar.

Asteroides, meteoritos y otros misterios por explorar, fue la conferencia que se llevó a cabo en el marco de las actividades de la FIL Guadalajara 2022, como un espacio en el que, gracias a los expertos invitados, los conocimiento de astronomía y otras ciencias estuvo al alcance de todos los asistentes.

En esta ocasión, Joel Castro, Karina Cervantes y Guadalupe Cordero hicieron especial énfasis en los asteroides y su composición. De acuerdo con Karina, si en su mayoría está conformado por rocas es un asteroide.

Los ponentes retomaron la pregunta que ocupa uno de los principales temas de interés hoy día: ¿Es posible explotar los asteroides como un recurso mineral para usos en nuestro planeta tierra? Más allá de películas como Viaje a las Estrellas o Star Wars, parecería que ante la imposible sustentabilidad de los recursos naturales en este planeta, tal vez una alternativa sea el espacio.

Según Cervantes, más allá de realizar un análisis químico de los asteroides, debemos comenzar con un debate ético al respecto, además de mencionar las partes legales y económicas que involucrarían al proceso. Volviendo a la cuestión ética, Karina señaló que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se negó a hacer uso de los asteroides como un recurso mineral para nuestro planeta.

EXTINCIÓN MASIVA PLANETARIA

Extinción masiva planetaria fue la segunda charla de la tarde, que sin duda alguna nos mantuvo a todos los presentes al borde de la silla, preguntándonos, al resguardo de las paredes del salón al interior de la Expo Guadalajara, cuándo podríamos volver a ser impactados por un meteorito.

La plática fue llevada a cabo por José Ramón Valdés y Sergio Camacho, ambos miembros del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y Alma Ruiz-Velasco, quien actualmente está en el Observatorio Lowell de Estados Unidos haciendo una estancia para su postdoctorado, quienes entre risas nos aseguraron que no tenemos por qué preocuparnos sobre si un meteorito chocará o no contra la tierra.

José Ramón habló sobre los movimientos de los asteroides y cómo esto podría afectarnos. Puntualizó que cuando el cinturón de asteroides cruza la órbita del sol es que se acercan más a la tierra, por lo que se les considera como peligrosos.

Aquellos que pueden llegar a dañarnos son denominados Asteroides Potencialmente Peligrosos. Ahora bien, si un asteroide nos va a impactar o no, la verdadera pregunta es cuándo y de qué tipo, para así tomar las acciones necesarias al respecto. Para lograrlo se deben diseñar políticas con base en las características de los asteroides, así como analizar aquellos que no hemos observado aún, los cuales tienen pensando a los especialistas.

Prosiguiendo con la charla, Sergio apuntó que es poco probable que un asteroide mayor de 50 metros choque con la tierra, y que es el único desastre natural que podemos predecir además de realizar acciones para poder evitarlo, gracias a estudios y análisis hechos por instituciones especializadas en el tema.

Para cerrar el evento, Alma Ruiz presentó el proyecto DART, Prueba de Doble Redirección de Asteroide, en español, el cual tiene como objetivo redireccionar los asteroides que representen un riesgo para la tierra con el fin de que no choquen con nuestro planeta.

El proyecto DART lleva a cabo una medición de coincidencia entre el asteroide y la tierra, con el objetivo de impactar al objeto más pequeño que rodea al grande para que así el primero cambie la órbita del segundo y lograr cambiar su rumbo. Tal y como lo expresó, sería el equivalente a chocar un camión con las pirámides de Egipto.

La conferencia provocó asombro, intriga, algo de miedo pero también seguridad entre sus asistentes, quienes tras echarse unas cuantas carcajadas a la par de los conferencistas, pudieron dormir tranquilos esa noche sin pensar en si seremos víctimas de un meteorito, tal y como sucedió hace más de 60 millones de años.

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