Yoss Bones: La voz de La princesa de la kye

Tiempo de lectura: 3 minutosYoss es extrovertida, el sonido de su voz es melodía, entonación, un buen beat… Yoss viste de azul. Es una gansta y una de las cantantes más escuchadas en Spotify en el 2019 que pronto iluminaría las pantallas del Times Square en el 2022.  

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Tiempo de lectura: 3 minutos

Nos rodean grandes árboles. Ramas, ramas secas y no secas. Trozos de corteza caen, caen, caen sobre nosotras. En mi rostro aterriza una pequeña vara y otra más esquiva ligera a La princesa de la kye.  

Su voz rompe el silencio. Los pájaros cantan, cantan, cantan. Emiten sonidos peculiares, como si quisieran imitar su voz, su R&B, su HipHop o su rap (escucho).

Pantalones acampanados, top azul y tacones de plataforma alta que parecen estar forrados de mezclilla. Su cabello             corto           en tono rosa amenaza los colores cálidos de un jardín moribundo.  

Ha pasado tiempo,                 diez, quince minutos. El micrófono de solapa continúa encendido. 

Ha pasado tiempo,              uno, dos, tres años, muchos más, desde que aquella chica fue una niña curiosa dentro del estudio de arte de su padre  cuando escuchaban música, y al cerrar los párpados ella soñaba con luces y escenarios.           

               Antes de saber siquiera que en 2018 firmaría con el sello discográfico Alzada Récords, y realizaría colaboraciones con artistas como Santa Fe Klan y Neto Peña, incluso antes de saber siquiera que llegaría a ser Yoss Bones. 

Un vendaval irrumpe agitando cada hoja, rama u otro objeto dentro del jardín. La mirada de Yoss se desvía en un intento disimulado de prevenir la estrepitosa caída del teléfono celular que yace sobre un diminuto tripie, pero ella,  

             ella no pierde la entereza ni el hilo de nuestra conversación. 

Sé (o creo saber) que Jessica Yocelin Martínez Montiel, es una chica seria, más bien introvertida. Yoss Bones es la perra, la que puede, pero Yocelin es la que no quiere salir de su casa, la que está bien con sus gatos y su chico…  

Yoss Bones no entra a mi casa.       No, no, no tiene permitido entrar. 

Yoss es extrovertida, el sonido de su voz es melodía, entonación, un buen beat… Yoss viste de azul. Es una gansta y una de las cantantes más escuchadas en Spotify en el 2019 que pronto iluminaría las pantallas del Times Square en el 2022.  

         A uno se le olvida que es efímero.       A veces a uno se le olvida que no vas a estar aquí siempre…       

Es aceptar y vivir lo que tienes.  

1997 tatuado en su pecho, el bamboleo constante y parsimonioso de los arillos dorados en cada oreja.  

Suena, suena…

suena.     

                                 Suena… 

La Yoss pasajera, temporal, la Reina de la kye envuelta en una crisálida, una metamorfósis que va y viene, un cambio perpetuo como sus propuestas musicales, ese despertar un día y coquetear con el yazz     o      el soul, el rap. 

Todo es efímero, me dice, y me parece que ambas lo creen, Yocelin y Yoss. Así es la vida, todo se tiene que terminar, en mi memoria se repiten las palabras de la canción “Debo entender”, hecha con Neto Peña y Santa Fe Klan.  

De tu amor tengo clavada una espina…  

Yoss comienza a cantar (le pido que cante, necesito que cante). Porque entonces el tiempo es otro, pero no se detiene. Continúa la muerte paulatina del jardín. Nos rodean grandes árboles. Delgados trozos de corteza caen 

                               caen  

                                       caen, esquivan el rostro Yoss Bones.  

La luz de la tarde comienza a abandonarnos, deja el jardín envuelto en una aurora azulada que tiñe a Yoss (Yocelin y yo) de un tenue tono grisáceo.  

Ya lo entendí, ella tiene mi lugar… 

El viento, cada hoja, cada rama y objeto dentro del jardín, su voz, un arillo en cada oreja… Suenan,  

                                      suenan, suenan…  

Suena su voz

Un vendaval irrumpe, juega con su cabello en tono rosa. Nos rodean grandes árboles, grandes árboles y sus ramas,  

                                    ramas secas y no secas.  

Cada hoja, cada rama,  

                                      cada objeto dentro del jardín,  

 y la voz de La princesa de la kye. 

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