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Mi barrio me respalda, el Encuentro de Artistas de Barrio que busca tejer vínculos entre las comunidades artísticas de Guadalajara

Tiempo de lectura: 16 minutos

Andrea Lavica es estudiante de la maestría en Gestión Cultural de la Universidad de Guadalajara, pero también es cantante, profesora y ahora organizadora del Encuentro de Artistas de Barrio 2022. Un encuentro que promete tejer vínculos con el público tapatío ausente en cada uno de los eventos culturales en la ciudad. Pero también, y con mayor conciencia, se pregunta por las condiciones de vida de los artistas. Guadalajara, Capital del libro, Guadalajara digital, Guadalajara y su FIL. Una ciudad que se llena de apellidos pero que le cuesta reconocer el abandono a los creadores y gestores de la identidad cultural y las bellas artes en el estado. Encuentro de Artistas de Barrio también promete tejer entre los creadores para descubrir los rostros de la cultural en la perla tapatía.

Hace unos días Andrea nos compartió algunas ideas lúcidas que hablan de un diagnóstico fino y cálido de las condiciones de vida de los artistas y el por qué este encuentro es de vital importancia. Esta entrevista es también una invitación a preguntarnos cómo llegan estos eventos a florecer en un territorio que podría ser más fértil con políticas culturales claras para el estado de Jalisco.

Sindik: ¿Entonces cuéntame de qué va el encuentro? ¿Cómo fuiste tejiendo el proceso del encuentro? ¿Cómo fue la idea? ¿Cómo nació? ¿La putiza de tu vida cómo fue? 

Andrea: este encuentro de artistas del barrio 2022 es la culminación de una serie de pasos y estrategias que justamente tienen por objetivo la vinculación, visibilización y dignificación del trabajo artístico local. 

Todo comenzó en 2020, así que no hace demasiado tiempo, pero ya algo, en donde pues estamos en un periodo muy fuerte de la pandemia que, si bien no ha cesado, al menos ya tenemos una vida más llevadera nuevamente, pero en ese momento estamos todos encerrados y yo empecé a darme cuenta de que sin duda este fenómeno estaba dándole un duro golpe a la comunidad cultural. 

Parte de lo que yo me cuestionaba en ese momento es, ¿Qué pasaba con la comunidad cultural local? No sé, porque yo me dedico a la música y estudié también letras, son mis áreas, pero yo no sé qué pasa de repente con los de teatro, con los de pintura y un poco a través de las redes sociales me fui dando cuenta de qué la situación que yo estaba pasando como músico pues la estaban viviendo todos a mi alrededor. 

Entonces yo dije bueno es que estamos faltos de políticas públicas culturales que nos protejan; a diferencia de otros países donde los creadores sí tienen un seguro con ciertas prestaciones por su trabajo creativo aquí realmente no hay nada, en realidad estamos totalmente vulnerables, somos una comunidad muy frágil. Que a la primera, al primer problema, quedó en evidencia, en este despojo, este descobijamiento, digamos, que hay hacia la comunidad cultural. 

Entonces, yo decido empezar a hacer un trabajo cartográfico, un trabajo de identificación de los actores culturales de un barrio que para mí tiene mucho significado y que lo quiero mucho, que es el barrio del Santuario, porque fue un barrio donde yo tuve mi, digamos, un acercamiento muy lindo a la música. Era la zona de casa de ensayo de buenos amigos míos, que hasta la fecha seguimos siendo inseparables. Entonces yo también estuve en el coro del santuario en algún momento de mi vida, estudié en la preparatoria Jalisco, después tuve un negocio ahí por Liceo justamente al lado del mercado Alcalde. 

Es una zona con un alto nivel cultural. Hay muchas cuestiones patrimoniales, hay tanto arquitectónicas, gastronómicas y, sobre todo, algo muy importante es que existe un patrimonio vivo muy relevante que son los artistas del barrio. Poca gente los conoce, entre ellos tampoco se conocen. A eso sumamos que los barrios de Guadalajara pues están atravesados, así como la comunidad cultural, por problemas muy fuertes como es la gentrificación. Esta onda de que pues llegan las empresas, las industrias inmobiliarias a correr a los habitantes que tienen años ahí para poner nuevos edificios. Entonces empiezan encarecer la zonas y esto hace que los pobladores tengan que mudarse a lugares que no son su casa.  Eso también cambia las dinámicas de la convivencia barrial. Es decir, poco a poco nos han ido quitando ese espíritu de los barrios. Los barrios son complejos territoriales muy distintos a lo que es por ejemplo una colonia o un fraccionamiento donde difícilmente la gente se conoce, casi siempre ni sabes quienes son tus vecinos. Y en los barrios son como una especie de familia chiquita o sea, sabes quién es el dueño de la tienda, quién cose la ropa, quién tiene la farmacia, quién lava los coches, quién es el que arregla llantas o sea no sé. Y además pues tú tienes que ver con una estructura territorial super marcada que es el hecho de qué exista un templo, una plaza y un mercado. Qué son zonas de encuentro justamente y eso nos lo han ido quitando. Y han ido modificando estas nuevas formas de vivienda y estas formas de ser barrio para la entrada de lo moderno, digamos, que atiende mucho a esta filosofía neoliberal del individualismo, de muy estar ensimismados y dejar esta parte comunitaria. Entonces, ahí yo empiezo a observar qué puede haber a través de la visibilización del arte y de todo su trabajo cultural que se gesta en la zona, una mirada distinta también del barrio por parte de los demás habitantes.

Entonces al momento de que yo digo bueno qué podemos hacer desde la gestión cultural, y yo me preguntaba cómo puedo yo hacer un proyecto que ayude a la comunidad creadora, que ayude al barrio, que de paso también sea algo que yo disfrute hacer, y que realmente aporte algo de trascendencia. Entonces dije bueno, si hacemos un festival, así como de la nada llegar y poner actividades culturales ya valió, porque realmente sigue sin atender a las verdaderas necesidades. Entonces, lo primero que se me ocurre es hacer una serie de entrevistas a habitantes del barrio, a vecinos y a vecinos que se dedican específicamente a las artes, para con estas primeras entrevistas, estos primeros acercamientos, decir bueno qué hace falta aquí, qué es lo que necesitan realmente y que yo les puedo ayudar a gestar. 

Ahí salió la idea de que por una parte se necesitaba hacer una cartografía, es decir, una identificación de quién están haciendo arte, porque ni entre ellos sabían. Empezamos a hacer una serie entrevistas semi estructuradas a todos los que alcanzamos, en materia de artistas pues, a algunos habitantes también para saber cuál es la relación que llevan con el territorio, su vida actual, cómo está su circunstancia laboral después de la pandemia, sí han recibido apoyo institucionales y no, conocer más a profundidad cómo vive el artista en Guadalajara. Y cómo se vincula con el territorio, con el resto de los habitantes. Si realmente existe un vínculo y su obra tiene una relación con el territorio de alguna manera. Y fue muy interesante lo que encontramos a partir de estas entrevistas que ahora van a formar un pequeño documental que saldrá a la luz en noviembre.

De repente me encuentro con que la cartografía cultural empieza a ser un medio de vinculación, porque de repente había quien me decía: Oye, vi que en la página que están subiendo la cartografía hay una chava de teatro, oye no me puedes pasar su conecte es que necesitamos a alguien así y así; oye no sabes de un espacio cultural donde yo pueda presentarme tengo una obra y así y así. El trabajo cartográfico, que la gente ubicara lo que yo estaba haciendo, empezó a ser ese vínculo entre creadores y también entre habitantes que de repente me decían: Oye ese centro cultural que está en la calle Hospital que me mencionas, ¿qué hay? No pues esto y aquello, y de repente comenzaron a acercarse algunas personas a estos centros culturales que generalmente, y seguro ustedes lo han visto, son asistidos por el mismo tipo de persona. Si yo voy a un centro cultural el martes, si voy el jueves a otro va a haber la misma gente, los públicos de cultura nos repetimos, porque somos bien pocos. 

Entonces ahora sí que la idea es también darme cuenta cómo yo podía empezar a hacer ese vínculo con los espacios culturales independientes que la gente se acercara y de ahí que la tesis ahora que yo estoy defendiendo es que el trabajo cartográfico desde una mirada comunitaria, quiere decir que se haga con la gente y para la gente del territorio que estás trabajando, en este caso específico del trabajo artístico local y de los espacios culturales. En otros podrá ser otro objetivo, pero en este caso sería eso.

S: Entonces decides armar un encuentro de artistas de barrio, ¿cómo? 

A: Cómo una segunda etapa de la investigación. La cartografía tiene que ser como esta primera patita, esta primera parte, y después sumarse a otro tipo de metodología que culmine ahora sí en un estrechamiento de las relaciones. Entonces lo que pasa es que después yo propongo hacer ya con todos estos datos de los artistas, de los espacios culturales, de los directivos, de los espacios, de los vecinos. Formar el encuentro artistas de barrio 2022 que tiene por objetivo precisamente que toda esta gente se vincule a través de diversas actividades que lo padre es que las formamos con ellos.

Entonces ahora pues tenemos este encuentro que se viene del 4 al 10 de noviembre donde vamos a tener por ejemplo talleres de profesionalización para creadores en materia de marketing cultural, procuración de fondos, desde que aprendan a redactar un proyecto para poder bajar un fondo nacional o internacional, que nadie te enseña no entonces qué es lo que pasa que también esos fondos siempre los ganan los mismos los que ya tienen el feeling para para eso no. Ya aprendieron por qué lado darle a las convocatorias para realmente poderlas ganar.

Aplicando los conocimientos y herramientas que me han dado en la maestría, nos dimos a la tarea de gestionar patrocinios para que esto no le costará más a la comunidad. Que fuera más a través de apoyos pues sí privados, que la verdad son los que han tenido mayor respuesta, lamentablemente porque yo hubiera creído o hubiera querido más bien que hubiera sido en la institución, el gobierno, la secretaría de cultura, la dirección de cultura; y la verdad es que con lo que nos han apoyado es bien poco. O sea sí, es lo que ya tienes lo que no te cuesta, lo que no te implica ningún movimiento pero en cuestión económica pues tú sabes que es muy complicado que te quiera soltar recurso. Entonces ahí fue la putiza de mi vida porque empieza a moverte. ¿Cómo das con la gente? No sé, yo terminé de verdad sorprendida de todos los pasos que seguí de repente, de cómo terminaba en casa con el dueño del Prisa, por ejemplo. Un señor que va cumplir 90 años justamente en noviembre en el marco del encuentro. Cómo le hice, o sea, fue tanta chamba que ahora si me preguntas cómo estuvo el rollo yo creo que tengo que hacer una sistematización, qué es lo que voy a terminar haciendo para la tesis de cómo son estos pasos de acercamiento y cómo cada pasito que das te lleva a otro de repente, pero es mucha chamba para el gestor.

Y digo, yo lo vi desde la gestión, pero lo vivo también en cuestión del proyecto. Cómo empezar a relacionarme con los artistas me llevó con más artistas. Ahorita de verdad la cantidad de gente que tengo en mi círculo creativo no se compara al que tenía hace dos años antes de que empezara esto, hace dos años y medio. 

Lo que agradezco un montón es la experiencia bien bien chingona, y pues ahora se viene la última parte de la etapa, ya la realización del encuentro. En un principio yo creí que iban a ser 2 o 3 días, hubiera sido muy padre, muy ideal, pero finalmente terminamos con actividades desde las nueve de la mañana hasta las 10 u 11 de la noche que se acaban los conciertos nocturnos. Sí está cabrón.

S: ¿Que está sucediendo en Guadalajara en términos del arte? 

A: Hijole,  

S: ¿Cuál sería para ti como tú diagnóstico decir esto, está es la escena artística tapatía? 

A: Yo creo que podríamos hablar de varias realidades distintas y eso es importante mencionarlo. Yo estoy vinculando mucho con los artistas de barrio, que muchos de ellos son reconocidos, pero que todavía traen mucho como este feeling de la pertenencia a un sitio, que eso hace que también entre ellos, hacer relaciones o limar asperezas sea un poco más fácil. Pero luego tenemos también otro tipo de comunidades culturales más cerradas, más fresas.

Que sin duda son un grupo pues bien diferente porque yo he andado en ambos, hay gente que se ha interesado de ambos bandos pero entre esos dos bandos, mhmh, no hay mezcla y eso es lo estamos buscando que suceda.

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O sea, por ejemplo, yo no sabía en el Santuario están los talleres de los Pettersen que son una familia de muchos creadores, pero evidentemente una familia pues muy bien posicionada y de repente pues convives con ellas y son bien chidas, pero es algo que a lo mejor yo no me voy imaginado antes de tener este acercamiento. Y es por eso mismo que luego se van haciendo estas fracturas, estas divisiones, tú aquí no entras, este es nosotros somos, siento que hay una fractura muy marcada entre los que se dicen artistas contemporáneos, conceptuales etc. Y cómo estos otros artistas que no están dentro de su esfera. Ya de hecho tú vas a las exposiciones de los contempo y siempre son las mismas personas y vas a los de acá y lo mismo, pero desde esta otra trinchera. Entonces, si a mi me preguntas, creo que hay mucha fractura todavía, hay mucho trabajo creativo, mucho y chingón de un lado y del otro, que yo creo que si empezáramos a unificar filas podríamos hacer que Guadalajara fuera vista más de lo que ella es como una ciudad cultural, duro.

De hecho, hablando, por ejemplo, con Raquel del taller Guachabato, uno de los talleres más importantes de grabado de México, no digamos de la ciudad, ella me dice es que sabes cuál es el problema que la gente no ubica la gran cantidad de talento que tenemos aquí y cómo ese talento se valora afuera.

O sea porque muchos de los artistas que tú ves aquí pues ni idea de quien sea, afuera está vendiendo y caro. Porque además creo que también en Guadalajara algo que hace mucha falta no son creadores, creadores hay pero formación de públicos.

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Gente que desde la escuela, digamos, desde que estuvieron en prepa, desde que estuvieron en la secundaria etcétera, se les enseñe a valorar el arte, no el trabajo artístico, desde la educación empieza esa parte, obviamente si el arte es un privilegio, el arte ha sido muy elitista a lo largo del tiempo porque requieres una educación para valorarlo, porque por ejemplo no va a ser lo mismo para un niño que viene de una familia que apenas y puede tener para comer, que para un niño que lo mejor viene de padres escritores, profesores etc. que desde chiquito le dieron otro tipo de educación. Entonces yo creo que la escena artística está muy fuerte, hay mucho creador, hay talentos impresionantes pero hace falta crear comunidad. O sea, juntar esas diferentes trincheras artísticas y decir bueno qué podemos hacer para que en esta ciudad se valore más a los artistas, se les deje de pagar con constancias y pisto (alcohol) y que también, por otro lado, sea reconocida, digamos, como una ciudad cultural fuera ya de los clichés de siempre (mariachi y tequila). 

Yo creo que lo que de los artistas nos queda es el patrimonio vivo de la ciudades y aquí hace falta visibilizar esta parte. Por eso, una de las actividades, por ejemplo, el encuentro va a hacer un recorrido que se llama taller al barrio y 15 taller del barrio, van a abrir sus puertas para que la gente los visite y eso va a estar muy chido. Pero son cosas que los que empezaron no se daban, o que se han dado de manera esporádica, porque el otro problema que tenemos de manera sincera en materia de cultura es la falta de políticas, la falta de un plan cultural realmente sustentable y sostenible en el tiempo, y la otra es el típico problema de qué el cambio de administración cambia todo, cambian programas. Entonces se vienen nuevas ideas, pero apenas me empiezan a gustar cuando ya otra vez son cambios administrativos y otra vez vámonos. 

Entonces el hecho de qué la cultura responde a los caprichos políticos es un problemón.

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Porque entonces realmente a cada cambio administrativo le viene un cambio de estructura completa que te jode, porque no hay seguimiento a nada.  Simplemente, toda la gente que gana becas. Qué pasa con el trabajo ahí. Cuánto se escriben libros y realmente están en bodegas. Realmente cuál es el impacto de estos apoyos más allá de qué, claro le vas a hacer el paro al escritor o lo que sea, pero realmente le está haciendo el paro, es algo que se tiene que gestar y más bien es con esos trabajos cómo lo vas a dar a conocer y es algo que no se hace. En materia institucional tenemos grandes cosas que solucionar también y hacer más por  participar en la comunidad cultural de todas estas cuestiones políticas.  Que, lamentablemente, también muchos de los creadores creen, no digo creemos porque yo tengo bastante claro que me tengo que involucrar, creen que no se tienen que involucrar en política. Cuando al final la política nos permea a todos. Yo pienso que la parte de qué empecemos a involucrarnos en los consejos de cultura, meternos en todas estas exigencias. Es urgente.

S: ¿Se puede caminar Guadalajara con un sendero artístico? Es decir. ¿Qué huellas deja el artista para poder decir: si yo camino este barrio voy a ir descubriendo artistas? ¿Cuáles son las huellas? Hay cafés, restaurantes, hay mezcalerías. Pienso en galerías donde siempre sabes que se juntan y que hay una exposición y que se juntan los escultores y los plásticos para ya irse a La Fuente. ¿Cuáles son las huellas materiales que deja el artista para poder caminar ese territorio?

A: Fíjate que esa pregunta me parece muy interesante, porque de hecho uno de los objetivos que buscamos a través de estas entrevistas fue entender si había un vínculo y de qué manera existe ese vínculo entre el artista, la obra, el territorio y el resto de la población. Pues en muchos casos nos dimos cuenta de que realmente también hay artistas que tienen un tanto el recelo como de abrirse a la comunidad, son como muy ensimismados también, y es como que yo vendo fuera de aquí y no comparten esta parte con el resto de la población. 

Sin embargo, sí considero que hay una serie de espacios que nos permiten precisamente darnos cuenta de este trabajo y esta serie de personajes que tenemos en la ciudad. Tú mencionabas algunos lugares muy icónicos como es La Fuente (cantina más vieja de Guadalajara), donde ahí podemos encontrar musicazos musicazos. O sea, hablando así de casos de conservatorio y todo lo que ahí se presenta. Estos lugares icónicos como de reunión artística siguen existiendo, lo que en algún momento fue el Madoka, por ejemplo, era como el lugar, el punto de reunión de escritores y que sabías que si ibas ahí seguro que salías con una concepción de la vida bien diferente, bien lavado del cerebro acá de escuchar tanto erudito. Y ahora creo que lamentablemente eso se ha ido como disminuyendo, sí también por esta parte que te digo de la falta de comunidad y en el espacio en realidad si a mí me preguntas creo que hace mucha falta, precisamente que el espacio sea esta huella de los artistas.

Por qué si tú te fijas por ejemplo un jardín del Santuario, hay una sola escultura es la de Fray Antonio Alcalde. El jardín está pelón, es un desierto, donde realmente habitar este espacio público es muy difícil porque lo dejaron como un desierto, en la tarde  el sol es  horrible, ni siquiera hay como un pensamiento realmente de voy a dejar ese espacio público para que sea habitable. Y luego ves cosas como Las Tres Gracias, estas esculturas padrísimas de Garval, que las ponen sobre esta avenida, sobre Lázaro Cárdenas, donde no las puede disfrutar el que va en el carro en chinga, ni el que va por abajo porque imagínate, está a metros, apenas alcanzas a ver el mono y como que de pasada más o menos y entonces dices, ni siquiera se piensa realmente en que la obra sea valorada, observada, vivida. Yo creo que hace falta, ahorita que hablas de las huellas que dejan los artistas, que realmente exista un interés más grande en los artistas, pero principalmente de los gobiernos por crear obras de arte público. No obras en el espacio público, porque eso es diferente, yo te puedo poner una obra en el espacio y pues ya, a ver cómo le hacen para que la gente pase y la vea y si quisieron; pero:

Las obras de arte público realmente están pensadas desde un principio para convivir con el territorio, para que como dices la gente al verla sientas a huella del artista.

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No hay algo que diga: oye aquí por qué hay tanto trabajo, quiénes son los que viven, o cómo, cómo es que se trabaja el arte; y que realmente incluso las obras sean un pretexto para convivir con el espacio. Creo que eso hace falta.

S: ¿Qué pasa con los públicos? Tenemos pobre, nula o ausente creación de públicos. Qué pasa cuando te ganas el FONCA o el Sistema Nacional de Creadores y tienes 3 años, 2 años y para tener plata, viajas, presentas y ¿dónde está tu capacidad de decir, ok, con esto yo construí un público, una comunidad para no depender nuevamente? Es cómodo porque te adaptas a la convocatoria y no logras conectar con tus lectores, porque tienes garantizado tu sueldo a partir de la beca, no de tu trabajo con la comunidad, no de los temas que tocas. Y ahí somos afortunados en México por un FONCA, pero no trabajamos con la comunidad. ¿Entonces, por qué México no tiene públicos?

A: Yo creo que es un aspecto que viene desde, desde hace muchísimo tiempo y que tiene que ver con esta parte que te decía hace un rato de que sí, el arte aquí en México es muy elitista, y muy para las élites. No se ha dado la educación necesaria para que la gente aprenda valorar el arte.

El arte debe ser más accesible en el sentido de que yo creo que una primera pauta para poder formar públicos es sacarlo a la calle. La gente le tiene pavor a lo institucional, a los museos, a todo lo que tenga paredes porque como ha sido tan elitista, hasta ya parece que en el inconsciente es como que, no es que ahí no es para mí, no ahí no entro, no es que me van a cobrar, va estar caro.

Entonces desde el simple hecho de qué algo está encerrado, la gente ya es como que ni siquiera se acercan a, oye acá es gratis, mhmh. Entonces, como dices, pasan muchos eventos que valen muchísimo la pena y que uno dice por qué no está a reventar. 

Y si eso se viene  arrastrando desde kínder desde la primaria donde te enseñan que artísticas es poder tocar una cancioncita en la flauta y pintar tu manita en un papel, pues estamos bien jodidos porque entonces tampoco se valora el gran trabajo que hay detrás de una obra. El trabajo creativo es un trabajo muy pesado, entonces creo que también por otro lado la parte institucional está jodidisima. A los gobiernos no les interesa que la gente valore lo artístico porque el arte te hace pensar. El arte es una herramienta de transformación social y no les conviene transformar nada porque, pues así estamos bien chidos, bien manipulables con una banda un día y con eso están a gusto, o no. Y realmente tú te das cuenta; hace poco sacaron a la orquesta a la calle y se atascó, hubo más de 8,000 personas escuchando la orquesta filarmónica de Jalisco. O sea, yo creo que a los de la orquesta se emociona, o sea yo creo que a mí me hubiera puesto la piel de gallina, de ver cómo la gente reaccionó a un concierto que muchas veces hubiera sido nada más para quien lo puede pagar o para los que van con sus posturitas de, de niños fresas. Yo creo que sí hace falta un gran trabajo también en materia de política de acceso, de accesibilidad al arte. 

S: ¿A qué suena Guadalajara? Nosotros queremos hacer una experiencia en términos sonoros. ¿Qué se cuenta y a qué suena este encuentro? ¿Qué podemos escuchar? ¿Cómo podemos contarnos junto con este encuentro? 

Pues yo creo que principalmente, realmente este encuentro suena a comunidad y la diversidad lo cual me parece súper importante en un momento en donde, de verdad venimos de un proceso de fragmentación bien fuerte a partir de todo este encierro y demás.

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Y demás y también de toda la política neoliberal, lo siento pero es una realidad. Entonces a mí me suena a oportunidades, me suena, me suena super rico la neta porque aparte va a ver danzón, y va a haber salsa, y va a haber funky, y va a haber un coro, el coro Mayahuel femenino de 40 mujeres cantando, va a estar precioso pero lo más hermoso de todo creo yo es que suena precisamente a lo que te digo, suena a unión, y eso casi no sucede. Creo que ahorita una frase que empezaron a poner los directivos de los espacios culturales que van a albergar el encuentro que me encantó es está:

Mi barrio me respalda.

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O sea, yo voy a seguir adelante porque tengo detrás una comunidad cariñosa y amorosa, porque me da cuenta que de verdad, de verdad, la comunidad cultural se puede llegar a querer mucho entre sí. Pero hace falta este acercamiento entonces yo creo qué esta oportunidad va ser muy linda para que habitantes como el resto de creadores pues tengan esta experiencia de vinculación desde otro tipo de actividad que ya no sea la típica de, pues que nos vimos en una exposición y ahí nos comimos un canapé y nos tomamos un vinito. Que sea más de cómo nos encontramos en un taller de procuración de fondos donde compartimos ideas. 

Hijole, nos encontramos en el taller de derechos de autor porque ambos queremos registrar una obra y vemos que aunque él es pintor y yo soy músico, tenemos necesidades similares. Híjole de aquí salió que vamos a hacer un evento de poesía y música y pintura, o sea:

La idea es que a partir de este encuentro se creen esos muchos encuentros después.

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Que ya no dependan de mí, ni del proyecto, sino que sean el resultado de. Entonces, creo que eso me sabe, creo que eso le va a saber a todos, yo espero que sea así, y bueno pues que sea uno de muchos y que vengan después.

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