Si un cirujano falla, el paciente muere, si un juez falla, alguien inocente va a la cárcel. ¿Cuántas veces puede fallar una cantante de opera frente a un auditorio, o un hábil operador de maquinaria pesada al mover la gran estructura de un puente? ¿Qué tal lanzar un cohete al espacio? ¿Cuantas veces puedes fallar en un minuto antes de que tu mente te destruya?
¿Cuántas veces pude fallar Messi un penal? Acaso no fue juzgado como “pecho frío” por su propia hinchada.
En algunos oficios se juega a estadística, ¿Cuál es el porcentaje de pacientes que le sobreviven a un cirujano oncólogo? ¿Cuántos intentos tienes para lograr la punta del Everest? ¿Cuántas pelotas amarillas quedarán en la red antes de ser del top 100 mundial en el WTA?
Saque, pelota en la red, saque, ¡Faull! suena en las bocinas que registran los errores en el estadio Akron del Complejo Panamericano de Tenis. La máquina ha reducido sus fallos y el juez de línea brilla por su ausencia. Apenas un gesto y la juez de silla repite lo evidente: Sí, entró. Camilla Osorio pelea con ella misma, el dolor en su hombro suspende por un instante el partido. Más tarde Renata Zarazúa lucha con sigo misma. Y en los días siguientes derrotarán a la italiana Martina Trevisan quien había derrotado a la misma Zarazúa. El torneo es veloz e implacable con los fallos. El rectángulo de la cancha de tenis es una montaña rusa, un juego de azar, de probabilidad donde quién avanza a la siguiente ronda es quien domina la mente.
Pero es de ciegos el que intenta sacar cuentas. No es un número de una carta o un mazo de ellas que reduzca las probabilidades. El tenis es otra cosa.
¿Alguna vez has jugado a fallar lo suficiente para ser el numero 100 de tu profesión? Las tenistas de la WTA, sí. Guadalajara se galardona con ser una de las sedes del WTA50o con lo mejor del tenis femenil profesional a nivel mundial. Con ello el abierto da inició con eliminatorias y entre ellas una tenista de nombre Olivia Gadecki entró al torneo.
El entrenador de Camilia Osorio, afirma que fallar es solo un artilugio, es esa parte del juego donde quien falla menos, es el número uno: “Sino pierdes no aprendes, es un examen, cada partido, cada torneo aprenderás algo, solo eso, una oportunidad de aprender”
¿Cómo te sobrepones después de fallar? Tal vez no es tan terrible meter un saque a la red. Seguro no es un disparo al aire, ni un falso positivo anunciado por algún gobierno que finja la detención de un criminal. No es una pantalla con gráficas de inversiones a la baja en la bolsa de valores. Qué tal enfrentar una separación, un divorcio cada trece segundos. Pero en el siguiente minuto ella tendrá tres o tal vez cuatro fallos. El marcador irá 40 – 0 y está bien, habrá cinco juegos más para fallar hasta llegar al Set Point. Tal vez te habrás repuesto en algunas ocasiones y el marcador para Set es de 4-5 y tienes que remontar, pero has perdido en los últimos 40-30. Osorio va 40 iguales, su contrincante tiene Ad, es decir: ventaja. Y si Osorio falla, pierde el Set y el juego. Pero no, ella logra pasar la pelota sobre la red y después de varias respuestas, vuelve a poner la pelota en una esquina superior de la cancha y su contrincante pierde la ventaja. Iguales. De nuevo iguales.
La oportunidad de fallar es una probabilidad muy alta. Es un martillo que se abre espacio en la mente de la jugadora y las ideas se borran. Regresa el dolor en la rodilla, el asco, la sed, se escucha el grito de Jelena Ostapenko, 40-0 y no te recuperas. El ranking no juega, no en el GDL Open.
Kamilla Rakhimova de Rusia contra Osorio, pero la colombiana sacude la mente de su oponente y en dos sets desaparece a su rival con un 7-6, 6-2. Su entrenador afirma que nunca usa la palabra perder. Pero la mente, ¿la mente qué dice? ¿No ganamos?
Escuchamos como el estadio Akron se desvivió a tus pies, eres la última latina representándonos, todos te apoyan, pero ¿Qué se dice Camila Osorio a Camila Osorio? “Eres un guerrera, eso me dice mi entrenador. Después del medical time, me dije: Sigue, y después la mente fue en blanco, un punto a la vez, un saque tras otro”.
Desde las gradas se observa su gesto de dolor en el hombro, esta irritado pero no se agravará la lesión. Ella saca y pone la pelota amarilla en la red. Siguiente saque y cruza a su rival y la deja inmóvil. En el siguiente saque, observa como la pelota rosa la línea. IN, dice la juez de silla.
Cuantas veces fallará el siguiente día. Iguales, y pone una pelota dejada que le impide a su rival llegar. Ad, ventaja para Osorio y el siguiente punto lo gana. No solo era un Set, era el tercero de un partido del que remontó perdiendo el primero.
Fallar se parece tanto a acertar. Olivia Gadecki, esa tenista que entró en clasificatorias, se nota distraída. Su altura le facilitó eliminar a Osorio con un juego agresivo sobre la red. El estadio enmudeció y la recuperación de Osorio nunca llegó. Tal vez la colombiana fue demasiado precavida, tal vez no logró la mente en blanco. Gadecki está en la final frente a Magdalena Frech, que no solo se sube a la red y pelea cerca, sino que también controla las esquinas de la australiana sin dudar. Poco a poco la mente comienza a jugar en contra de Olivia y los puntos justos, en las líneas, los reveses que limitan al contrario fallan, las líneas comienzan a sentirse borrosas. Gadecki apaga la flama de la mente y los fallos se transforman en puntos que se van de las manos. Frech logra dominar el saque de Gadecki quien había eliminado a Osorio con facilidad. Comenzó ganando la final hasta cerrar empatadas 6 – 6 el primer Set y subir a muerte súbita perdiendo con 7 – 5 para Frech en puntos corridos.
Después el borramiento de la contrincante. Falla, y duda, y vuelve la pelota a estrellarse en la red y la mente de Olivia no logra superar esa remontada. Rápidamente Frech se tira de espaldas. Esperaba un tercer Set, pero no. Frech se lleva las manos a la cara y su pecho expira las voces de su cuerpo. No sé si ganó, o si perdió el punto, no sé si volverá al GDLOpen, la tradición dice que las jugadoras vuelven a un torneo que ganan. ¿Y tú volverías a fallar? Volverías a intentarlo cuando la red está ahí, al siguiente segundo y una vez más, y otra y otra vez. ¿Cuántas veces podrías fallar? Ellas volverán a enfrentarse contra la red.