MISA DE MEDIANOCHE, la parábola según Mike Flanagan.
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Isla Crockett, 127 habitantes. Un pueblo olvidado por sus mismos habitantes, rezagados del desarrollo y condenado a la miseria por la industrialización. Pero entre la desilusión colectiva, las segundas oportunidades, los falsos profetas y la guerra entre bien y el mal, la fe estará bajo el ojo del huracán.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
(Génesis 1:2)
Misa de Medianoche es la nueva serie del escritor, productor y creador: Mike Flanagan. Esta nueva serie de terror psicológico no solo juega, como varias de sus entregas, con la mente del espectador, sino que también, con la ayuda de un guion bien construido, con diálogos referentes y manipulables de la biblia, nos sumerge en esta pequeña isla llena de soledad y abandono. A su vez, toca un tema recurrente en la convivencia constante con la sociedad: la fe. No es de extrañarse que desde que nacemos, crecemos con una curiosidad constante por la búsqueda de respuestas sobre nuestra pertenencia en este mundo, sin duda uno de los mayores misterios de la humanidad. Como a pesar de la incertidumbre, la ausencia de luz y de esperanza, seguimos rezando a un dios que está en los cielos. ¿Y estará?
El señor es mi pastor nada me faltara.
(Salmo 23:1)
En esta entrega, los habitantes de la isla Crockett están lejos de tener una vida idílica con la llegada del nuevo padre Paul. Un hombre joven, blanco, con apariencia de brindar confianza, nos mostrará a lo largo de la serie que es más que un simple párroco. Este desencadena una serie de hechos sobrenaturales que avivarán la necesidad de la experiencia religiosa y la búsqueda de una salvación eterna, rozando el fanatismo. Mediante un viaje en bicicleta por las calles desoladas y el recurso del sonido, escuchando a la naturaleza despertando entre la oscuridad, nos adentra entre la locura a punto de desbordarse. La actitud de los personajes, sus retos, sus culpas y como trabajan con ellas, desarticulan la tensión dramática que le gusta a Flanagan para mostrar la luz y oscuridad del ser humano.
Entre tonalidades verdosas y oscuras, redes de pescar viejas y abandonadas, botes de pesca rotos, viejos y con detalles de una madera seca por el sol, la lluvia y el tiempo. Tiempo que a lo largo de los episodios comienza a engullir a los personajes y buscando lo peor de ellos mismos. Desde el libro Génesis hasta revelaciones, podremos ver como la culpa de la pérdida de fe y esperanza en una isla en agonía genera un purgatorio, en dónde sus habitantes optaran por seguir con sus vidas ignorando la realidad y buscando a un dios que no los abandonará ¿o tal vez sí?
Con Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos.
(Salmo 60:12)