
TINY DESK Y UNA INDUSTRIA MUSICAL ALTERNA
Getting your Trinity Audio player ready...
|
No podemos hablar de cine sin mencionar a la música, y hoy no fue la excepción. Tiny Desk es un estudio de música, o bueno mejor dicho una combinación de oficina con sala, pero de la que emergen artistas que no buscan competir contra los grandes números, sino poder vivir del arte, en todo el sentido de tan típica frase que todos conocemos, pero que no nos hemos dado la tarea de explorar a fondo.
Su RP; Romina Andrea Magorno, productora; Ana María Sayre y uno de sus cantautores y alumnos; Kevin Kaarl, platicaron sobre sus vivencias propias en la gigantesca industria musical, en la cual han sabido nadar sin ningún problema. Los números, con un gran peso e importancia actualmente, no son un impedimento para ellos ni para los artistas que llegan a su puerta.
Kevin, por ejemplo, tiene 5 millones de vistas, pero, como él mismo dijo, esto no es trascendente para él. La música ha sido un reflejo de su proceso personal, notando diferencias en sus composiciones a los 18 y 23 años, además de que tras un lapso en el que se sentía sumamente cansado, llegó a un nivel elevado de inspiración.
Su síndrome del impostor suele asomarse en ocasiones, haciendo que dude a pesar de sus múltiples ensayos, que si se va a subir de tono, se sale de sus tiempos… pero el apoyo de su banda ha sido clave para que no sea así, y que con ello recupere su confianza. Además, la libertad musical que tiene gracias a Tiny Desk es valiosísima para él y el resto de los artistas que componen el proyecto.
Sumado a ello, Ana María, que fue la primera en señalar dicho aspecto, subrayó que se trata de un espacio en el que pueden hacer su música como ellos quieran, y que ellos no persiguen los números, lo cual por supuesto genera un ritmo distinto y más suculento de seguir. Claro, esto tampoco significa que están peleados con generar, ya que, dijo, una artista que firmaron de Panamá tuvo la oportunidad de apoyar a su mamá con una casa.
¿Cómo determinan quién entra a Tiny Desk?
A Sayre, debe emocionarle. Escuchar la voz en «raw», sin arreglo alguno para apreciar la verdadera esencia de la persona. En una ocasión, las lágrimas cayeron por su cara y fue ahí donde detectó que sí debía colaborar con dicha persona. Y es ahí donde las mentes detrás del estudio/oficina/sala se unen como una misma, ya que Romina comunicó que a ella debe de gustarle. Gusto que también involucra sentires.
Lejos de presionar a quienes les piden ser parte de Tiny Desk con alcanzar un cierto número de impresiones, reproducciones, etc., es como si Ana María y Magorno pidieran una conexión genuina, proveniente de seres humanos que buscan hacer de su arte algo más allá que pararse en un cabina frente a un micrófono y personas dirigiendo cómo deben hacer su música.

Foto: Andru Pérez