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One piece: Netflix se sube al Merry

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La emoción fue incontenible desde el momento en que anunciaron la serie live action de One piece, basada en la obra original de Eiichiro Oda. Confié en el proyecto a pesar de la mala fama de las adaptaciones de Netflix, y no me decepcionó (supongo que al estar supervisada por Oda ayudó). 

One piece fue el primer anime que vi a los 17 años,  y lo vi porque dos amigos hablaban cada lunes de un nuevo capítulo del manga y yo no entendía nada y pues me animé a verlo. Los primeros capítulos me parecían muy de niños pero eran chistosos, además me interesaba la manera en que el personaje de Luffy tenía la facilidad de conectar con la gente.

Recuerdo que me preguntaba si Luffy era bueno o malo, porque él iba mareando gente, pero después entendí que Luffy era más que un pirata, él odiaba la esclavitud y odiaba que le dijeran que ser o hacer. 

En otro de los capítulos conocí a Sanji, que me hizo llorar con su historia, en el live action también lloré, en realidad, durante los 8 capítulos que abarcan una parte de la saga de East Blue, la serie producida por Netflix dejó en claro porque se encuentra en el top uno de 86 países desde su estreno el 31 de agosto, y es que me hizo reír, enojar, sorprenderme, conmoverme como si viera One Piece por primera vez a mis 17 años. 

El cast de los protagonistas fue un gran acierto, todos tienen la esencia de los  personajes del manga, también la escenografía de los edificios y barcos  fue una cosa impresionante, algunos elementos acompañados con un buen CGI te transportan a los lugares de la historia, además de la ambientación, dándole un tono más dramático y oscuro.

Al ser una adaptación del manga era de esperar que habría cosas diferentes, pero las manejaron de buena forma. Muchos de los personajes fueron introducidos de maneras diferentes a la original pero para nada se sintió forzado, fue más bien algo natural dentro de la historia que ahora nosotros podemos experimentar por primera vez, como probablemente le sucedió a  Eiichiro Oda, además que se dieron el tiempo de profundizar en las relaciones entre personajes importantes (en el manga no lo hacen aún).

Algunos personajes me hacían enojar, no toleraba ver cómo abusaban del buen cora de Luffy y de la gente que no se puede defender, básicamente me molestaban los personajes abusivos; es decir, los personajes vienen de estar con una tripulación que los quiere mucho, a ver otra en la que se engañan los unos a otros y no cumplen  promesas.

Este live action acentúa los temas que se tocan a lo largo de la obra original, incluyendo detalles que en un dibujo no se aprecian fácilmente, como la esclavitud y el abuso de poder, temas importantes a lo largo de la historia. Pero no todo es tiranía, la libertad, la empatía y el compañerismo son pilares fundamentales para algunos de los personajes en un mundo donde no hay un héroe o un villano claro y el sentido de justicia se tuerce tanto que cada uno lucha para formar sus valores o dejarse llevar por las circunstancias, pero lo más importante es aprender a seguir tus sueños.

Si tu primer acercamiento al mundo de One Piece será a través de dicha adaptación, tal vez no vas a notar las referencia que hay a la obra original, como vestuarios, personajes escondidos en los carteles de “Se busca” o menciones a otros personajes que nuestro capitán conoce, pero si eres curioso, eso hará que te atrape más la historia para saber quiénes son esos piratas. 

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