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Literatura: una fotografía de Georgia y México

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El domingo 28 de noviembre, autores y autoras de Georgia y México hablaron de su experiencia en el campo de la literatura en la mesa Literatura de Georgia, Historia de dos ciudades Capital Mundial del Libro, en la edición 35 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). 

La mesa de diálogo se conformó por los autores georgianos Archi Kikodze y Ana Kordzaia-Samadashvili, junto con los autores mexicanos Luis Martín Ulloa y Abril Posas.

Martín Solares, moderador del evento, instauró la metáfora entre la fotografía y la escritura, al preguntar al fotógrafo y escritor Archi Kikodze sobre la posibilidad de considerar al relato corto como una sola fotografía, mientras que la novela como una colección de varias. 

La escritura, ya sea relato corto o novela, puede tener similitudes con la narrativa fotográfica. Pero en este caso la iluminación dependerá del lenguaje y sus posibilidades, además de las herramientas literarias. 

El escritor Luis Martín Ulloa, quien ha dedicado parte de su carrera a temas de diversidad sexual y comunidades marginadas, contó cómo antes su trabajo como escritor para hablar de dichos temas era más complicado, y, retomando la metáfora, solo se podían conseguir fotografías oscuras. Actualmente las cosas han cambiado, «ahora hay más luz”, y la sobrexposición podrá evitarse al utilizar de manera correcta las herramientas literarias.

Abril Posas y Ana Kordzaia-Samadashvili coincidieron como escritoras cuyos inicios en la literatura se encuentran en el oficio del periodismo, donde la realidad que había que contar parece exceder las mismas herramientas narrativas y llamar en apoyo a la ficción.

No sé porqué comencé a escribir sobre estas cosas. Al principio era como un juego

Compartió la escritora georgiana Ana Kordzaia-Samadashvili, para quien el verdadero reto como escritora comienza una vez que el libro es publicado. 

Para el autor Luis Martín Ulloa no se trata de un reto, sino de retos. Es decir, cada historia, cada libro, representa un desafío en particular. Mientras que para Archi Kikodze lo más complicado es saber cuándo dejar de escribir, ceder paso al silencio.

El diálogo eliminó las fronteras entre latitudes. Se habló el lenguaje de la literatura como la cámara que retrata más allá de la realidad, desde Georgia hasta México y el resto del mundo. La narrativa escrita como la lente capaz de fotografiar desde distintos ángulos la condición humana.

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