La Estrella, la nueva producción de Rayo Podcast

El podcast La Estrella es, hasta hoy, la primera ficción de la productora independiente argentina Rayo Podcast, que desde su nacimiento en 2021 ha lanzado también A la vuelta y Rápidas y Furiosas, las tres de la autoría de Román Brutti, aunque las primeras dos son más bien conversacionales. La Estrella, además, compite en la categoría Mejor Narración Sonora Emergente en Español de la primera edición del Festival Sonar 2024, que tendrá sede en Xalapa, Veracruz, en noviembre de este año.

En apenas 7 capítulos con una duración aproximada de 15 minutos — algunos más, algunos menos — , la serie logra adentrarnos en los misterios que rodean a una pequeña ciudad al norte de la gran Buenos Aires, que antaño gozó de una intensa actividad y glamour al ser la cuna del entretenimiento argentino, sede de los estudios con las más grandes producciones cinematográficas del país y del primer parque de diversiones de América Latina que hoy es prácticamente un pueblo fantasma.

En el podcast vivimos el misterio de esa ciudad ficticia gracias a mensajes de Whatsapp y grabaciones de voz, como una especie de crónica sonora o diario de viaje que lleva Axel — interpretado por Gregorio Barrios — , un periodista de la comunidad LGBTQI+ enviado por la revista Reptilia (bonito guiño a la revista Anfibia), para escribir una nota sobre este mítico lugar. Gracias a las decisiones narrativas, el diseño sonoro y la corta duración de los capítulos, el drama y la tensión crecen a la medida que seguimos escuchando.

El Guion

El argumento es inevitablmente similar con los escenarios y personajes desolados que Leila Guerriero escribió en Los suicidas el fin del mundo, lo que es perfectamente comprensible si pensamos que ambias historias están fuertemente marcadas por lo local y se mueven más o menos por las mismas épocas, siguiendo el vaivén de la historia reciente de Argentina y, al menos en este podcast, la devacle de la ciudad se ve fuertemente marcado por la crisis del 2001.

Ella nos presenta a Axel, un personaje profundamente humano que está pasando por un momento dudoso de su profesión -su cuyo último gran hit escrito hace más de un año, fue un texto sobre las sensibilidades queer en las canciones de Taylor Swift– y de suseptibilidad en genera que llega a La Estrella para escribir sobre los misterios que rodean a la localidad luego de una misteriosa muerte y un accidente en el parque de diversiones que marcó el inicio del fin de la época dorada de este departamento.

También reconocemos en la historia que, inspirada en la multiplisicidad de recursos y ángulos desde el cuál observar un hecho que utiliza Pluig en su libro Boquitas Pintadas’’, las formas en que una ciudad como esta influye en el estado de ánimo y en los pensamientos tanto de nosotros mismos como de la realidad en sí misma.

Considero, además, un acierto que el personaje de Axel pertenecezca a las disidencias sexo-genéricas, considerando que las historias de misterio no suelen tener personajes fuera de la norma sino más bien simepre personajes valientes que van tras las pistas, resulta interesante ver a un personaje con un montón de dudas y con una perspectiva diferente ante los acontecimientos y situaciones que quedan claros desde el incio: de La Estrella no se habla.

Con el fin de conservar los giros y detalles que suceden partiendo de una premisa que si bien no es nueva, porque historias de misterio tenemos por montones, merecen conservarse para el asombro del escucha, que es verdad que deberá intentar obviar algunos de los diálogos que se notan muy leídos, para adentrarse en una historia que nos permite hacernos una imagen familiar a quienes hemos vivido en carne propia el dicho ‘’pueblo chico, infierno grande’’.

Otra de las virtudes, como ya lo mencioné, es la poca duración de los episodios y el ritmo en que ocurren y la cantida de información que se da en cada uno de ellos. Funcionan los cliffhangers muy orgánicamente, también los misterios, las situaciones y el desfase de tiempo entre los mensajes enviados de La Estrella a capital y de capital a La Estrella, los silencios que amplifican la soledad y el abandono, marcan un ritmo que lo vuelve completamente digerible y fácil de escuchar.

Los escenarios y las situaciones

Las formas narrativas se extienden más allá del guion: todas las situaciones en que se encuentra Axel en relación con los otros personajes, sus acciones para entrar, salir o mantenerse dentro de ellas, la secuencia sucesiva de los acontecimientos, pero también los silencios entre un clip de audio y otro, que parecen un reto para llenar con ejercicios imaginativos esos espacios, suman a la historia y alimentan la sensación del frío recorriendo la espina dorsal. Sin mencionar el giro en el tono de los dos últimos episodios, que qué barbaridad. Aplausos.

Queda mencionar que la importancia del guion es fundamental para cualquier producción sonora, sea el podcast conversacional, de entrevistas, narrativo o de ficción, pues la relación que como escuchas podamos o no formar con el producto final descansa, en gran medida, en él, por lo que una historia atractiva y de realización impecable es clave para engancharnos, implicarnos en ella, mantenernos cautivos. Esto, a mi parecer, se vuelve aún más importante en las ficciones sonoras, pues no contamos con una voz narrativa que nos acompañe, nos vaya indicando el camino o nos mastique los detalles que son importantes para la historia. Así que es esto, la forma en que los personajes se desenvuelven en los momentos álgidos y de mayor tensión, pero también las formas en que llegan a ellas, los diálogos y conversaciones, los detalles obvios pero también aquello que permite que imaginemos y pongamos de nuestra cosecha, junto a un diseño sonoro bien trabajado, lo que permite no solo que, como nuestras abuelas cuando eran jóvenes con su radio a un lado, pasemos horas sentados en un sillón con el oído atento a lo que escuchamos salir de nuestro dispositivo, sino también a generar nuevas audiencias para este formato de ficción que, siendo sinceros, incluso para aquellos que más horas pasan entre podcast y podcast, no es muy popular. La Estrella, si bien comenté más arriba que por momentos los diálogos se sienten poco naturales y más bien muy leídos, creo que está muy bien logrado, por lo que su nominación a los Premios Sonar, no me parece descabellada.

Todos los momentos en que escuchamos a Axel, la intermitencia de los audios, las escenas y escenarios en que suceden, los interiores, exteriores y los personajes funcionan a la perfección y deja como resultado una historia si bien sencilla, con un alto nivel de misterio. En definitiva, podría ser un gran primer acercamiento a las ficciones sonoras para una persona no tan habituada a sentarse y escuchar.

El diseño sonoro

Hablamos de un buen guión para que las audiencias se enganchen, pero la cereza del pastel, en mi opinión, es el diseño sonoro, que en La Estrella el encargado del mismo fue Ignacio Herbojo, un músico argentino y responsable de los detalles sonoros que llogran introducirnos en un mundo alterno.

La sutileza en la aplicación de los recursos, así como la construcción de escenas, generan una atmósfera que nos ubica sonoramente en los espacios que ocupa Axel, tanto en el interior como en el exterior, incluido el espacio noticioso de uno de los últimos capítulos, en el que conocemos también la historia de aquél remoto lugar e, incluso nos lleva de viaje por el parque de diversiones todavía en sus mejores años. Cerrando los ojos es fácil imaginarnos como un personaje dentro de la historia.

Otro detalle que demuestra un altísimo compromiso con el sonido, es una intro diferente al inicio de cada capíutlo, pensada según lo que va a acontecer en él y por tanto, una antesala de lo que podemos esperar.

Tanto por el guión, el diseño, la simplicidad — aunque no por eso menos entretenida — de la historia, la brevedad de los episodios, el papel de Axel en toda su vulnerabilidad humana y todas las actuaciones en particular, me parece que La Estrella es un merecido contendiente a los premios que se celebrarán en poco menos de un mes en Xalapa, Veracruz. De esto justamente hablé con el creador de la ficción, Román Brutti. Dejo algunas partes de la entrevista a continuación.

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