Inauguran la exposición «Este dolor no es nuestro»
Tiempo de lectura: 3 minutosInauguran la exposición Este dolor no es nuestro, una muestra artística compuesta por una serie de collages y fotografías de las artistas Andrea Godínez y Andrea Ro Riggen.
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Una madrugada, dentro de un coche en mitad de una calle oscura y con cerveza en mano, se me ocurrió de repente que nuestros miedos podrían ser residuos de otra vida. Creo que en ese momento moría de terror por algo, aunque no sé muy bien por qué. Ahora, con el temor asido a mi cuerpo inmóvil, escribo que sí, lo son.
Caí en cuenta de ello el pasado viernes 21 de abril, tras la inauguración de la exposición Este dolor no es nuestro, una muestra artística compuesta por una serie de collages y fotografías de las artistas Andrea Godínez y Andrea Ro Riggen.
La obra es un reflejo del diálogo entre ambas, dos mujeres de personalidades tan diferentes cuyo punto de encuentro, tanto entre ellas como con el espectador, está en el arte como un proceso de resignificación, en el que a través de la fotografía y el collage es posible embellecer aspectos cruentos de la vida.
El trabajo de ambas es mordaz de una forma sutil y bella. A medida que recorremos los cuadros dispuestos en las habitaciones y pasillos de aquella casona de techos altos y paredes blancas que es la Galería Jardín Americana, ingresamos paulatinamente en el terreno movedizo, a veces sombrío, risible, que es nuestra propia subjetividad. La muestra artística es un volcarse hacia una misma, es hurgar más allá del cuerpo, pero también apreciar y delinear la cartografía que enmarcan las cicatrices que sobre nosotras han recaído, y reconocer en ellas otras voces, otras heridas.
Los pliegues que revelan cuerpos corroídos por el tiempo, la forma en que nuestros miedos y tristezas modifican el espacio que habitamos, las palabras que circulan en torno nuestro, los sinónimos insuperables de lo que nos han dicho que significa “realmente” haber nacido mujer, y mi miedo, todo estaba ahí, enmarcado y con ficha técnica de la pieza; ese temor de ser, de errar, de ser disidente a lo exigido por mi madre y lo aconsejado por la abuela.
No sé qué fue realmente lo que aquella noche me llevó a pensar en los miedos que me inmovilizaban como residuos persistentes de otra vida, como si al reencarnar, dioses desconocidos hubiesen olvidado deslindarlos por completo de lo ya vivido para realmente volver a empezar. Sin embargo, no se trataba de eso, sino que todo este tiempo fueron los temores residuos de una vida no vivida, de herencias de alguien más, de la abuela de mi madre, sus temores como susurros recitados hasta el cansancio.
“Habitamos como si fuéramos suyas, pertenecientes a nostalgias, frustraciones y necedades que ni siquiera son nuestras”, escribió Norma Lamadrid en un texto introductorio a la presentación, recordando que está ahí, el dolor, el miedo, de muchas otras generaciones de mujeres que han encontrado la resiliencia a fuerza de ocultar y sanar en silencio las cicatrices que hemos heredado.
Ahora, con mi cuerpo inmóvil, sosegado, abandonado, reconozco esos temores que ahora me invaden de manera repentina, esos miedos que me paralizan, y me digo que es cierto, este dolor no es nuestro.
La muestra continuará en exposición para el público hasta el 17 de mayo en la Galería Jardín Americana en un horario de 10:00 a 18:00 hrs. con cita previa. La primera visita guiada será el sábado 29 de abril a las 4.00 PM.