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Fernanda Trías: La literatura es un gran biombo

Tiempo de lectura: 2 minutos

La escritora uruguaya Fernanda Trías se presentó este jueves 29 de septiembre en la conferencia magistral “El cascarón es el mundo” en el Laboratorio de Arte y Variedades (Larva), como parte de las actividades de Guadalajara Capital Mundial del Libro.

La autora no solo habló acerca de su más reciente novela Mugre Rosa, con la que recibió el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2021, sino que compartió un texto de su autoría en el que relató sus inicios en la escritura, y en el cual, comentó, habría de contar cosas de las que no habló antes.

Un personaje inauguró la lectura de la autora, cuya voz retumbaba en aquel auditorio de techos altos. Se trataba de uno de esos fantasmas que para ella es posible escuchar a través de las letras, un abuelo que leía para escapar, de quien heredaría la certeza de que “un libro es un gran biombo que te protege del mundo”.

Una mujer sola es una sospecha, afirmó Fernanda, pero nadie dudaría de una mujer con un libro. Ella lectora, escritora, descubrió en las hojas impregnadas por un hongo que anidaba en los recovecos de sus costuras, según contó su mentor alguna vez, el alivio de poder ser alguien más, de habitar otros mundos, y mirar, como quien lo hace desde una azotea, desde una pequeña ventana, o como un pájaro que observa cautivo, su propia realidad.   

A partir de una narración autobiográfica, los asistentes, sobre todo los lectores de su obra, fueron testigos de la relación inminente que existe entre la realidad y la ficción, esto a través de un texto en el que, al rescatar parte de su pasado, fue posible reconocer fragmentos y personajes que conforman sus relatos.

Trías rememoró su amistad con el escritor y mentor Mario Lebrero, el aroma que impregnaba los primeros libros que llegaron a sus manos, rescatados de estanterías de viejos ejemplares, los primeros borradores de escritura o el momento en que comprendió que la literatura representa “un impulso por vivir hasta el último minuto que haya mundo”.

En los orígenes de su escritura está la influencia de autores como Herman Hesse, de quien Trías leyó alguna vez: “El cascarón es un mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo”. Aquel fragmento conmovió a la autora. Tenía una misión, afirmo en tono decisivo ante el auditorio, y era destruir un mundo; su mundo, y permitir así el nacimiento de otros cuantos cuyos testigos serían lectores en busca, quizás, del resguardo de la literatura como un gran biombo.

Fotografía de: Héctor Hernández (Presa Ayuntamiento de Guadalajara)

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